Testimonio: De Pandillero a Misionero

Te invito a conocer el testimonio de alguien que fue rescatado de las garras de Satanás y ahora es usado por nuestro Dios.

Nací en un hogar cristiano.  Mis padres y abuelos me llevaron a las reuniones cristianas cuando era pequeño.  Sin embargo, no creía en Cristo.  Me convertí en rebelde cuando era un adolescente.  Me cansé de la enseñanza de mis padres y empecé a andar con malas compañías.  Faltaba a las clases y estaba involucrado en la violencia desde quinto grado.  Los delitos que cometía fueron empeorando mientras iba creciendo, pero no tenía miedo.

Cuando tenía 17 años, tuve una pelea con alguien.  Mis padres lloraron y oraron por mí. Dios escuchó sus oraciones y me trajo a casa.  Me arrepentí de lo que hice y decidí no volver a romper sus corazones.  Sin embargo, mi fuerza de voluntad es muy débil. Cuando mis viejos amigos vinieron a mí, olvidé mis resoluciones.  Conocí a algunos mafiosos dueños del casino más grande en mi ciudad natal.  Yo quería ser el líder de una pandilla.  Entré en contacto con las pandillas fuera de mi ciudad natal.

En el verano del 2007, tuve una pelea con el líder de una pandilla.  Apuñalé al líder 8 veces (5 en el pecho, 3 en la espalda). Más tarde me enteré que estuvo con los médicos 7 horas y media para que le salvaran la vida.  Nuevamente me convertí en un fugitivo.

Me fui a vivir con un amigo y me preparé para huir a otro lugar. Un día, la esposa de mi amigo trajo a su casa un folleto del evangelio que recibió de alguien.  Ellos no eran creyentes y ella, sin darle importancia, lo dejó sobre la mesa.  Sin embargo, cuando vi el tema del evangelio, hubo una gran lucha en mi corazón.  Cuando finalmente lo leí, una frase me aplastó: «¡Jesús te ama!» Yo no pude hacer otra cosa que caer de rodillas, y empecé a llorar incontrolablemente. Anhelaba este amor.  Me arrepentí ante Dios y recibí a Jesús como mi Salvador. Yo quería dar mi vida a Dios y vivir para Él de ahí en adelante.    

Cuando finalmente me puse de pie, todo parecía haber cambiado. No había podido dormir bien durante diez años. Sin embargo, después de haber aceptado a Cristo, tuve una buena noche de descanso.  También cambié de opinión, ya no huí, y decidí ir a casa para recibir el castigo que yo merecía.  Nuestro Dios es un Dios vivo. Ya no fui a través de cualquier puerta trasera para evitar el castigo,y Dios abrió un camino para que yo pudiera ir a casa y vivir una vida normal sin tener que ir a la cárcel.

Después que me salvó, dejé mi antigua forma de vida. Empecé a ir a las reuniones cristianas, a leer mi Biblia, y compartir mi testimonio con todo el mundo que conozco. Yo les dije a cada uno: ¡Jesús te ama! Entonces dejé mi trabajo para ir a una escuela local de formación biblica. Después de dos años de estudio, me gradué el junio pasado. A pesar que mis viejos amigos creen que he perdido la razón, yo sé qué estoy haciendo y por qué. Es porque Jesús me ama. Me salvó la vida!

Desde que fui salvo, siempre he querido ser misionero. Estoy dispuesto a ir a lugares pobres que nadie quiere ir y predicar el evangelio allí. Quiero decirles a todos: ¡Jesús te ama!

Alguien me habló de BBN y he estado estudiando en el Instituto Bíblico en estos días. También quiero dar las gracias a los maestros en BBN BI Chino. Sus enseñanzas me ayudan a caminar por sendas de justicia. Yo era un hijo pródigo, pero el amor de Dios me trajo de vuelta. Estoy dispuesto a servir a Dios con toda mi vida. Por favor, oren por mí.  Que el nacimiento de Cristo, una noche santa, les dé una noche de paz!

Creyente da el mejor regalo, el evangelio, un folleto puede cambiar una vida por toda la eternidad.

Gracias a www.bbnradio.org

3 comentarios en “Testimonio: De Pandillero a Misionero”

  1. Hola Luis Alberto, Dios te bndiga, sigue adelante en tus proyectos, todos encaminados a seguir a Cristo. Desde Caracas, Venezuela, una hna en Cristo Mariate

  2. Amen Hno Luis….Sigue adelante hermano, Dios esta contigo y la verdad Dios es un ser que nos ama tal y como somos y nos recibe aunque estemos sumergidos en este mundo para luego hacernos nuevas criaturas….adelante mi hermano, nunca desmayes.

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